Fecha de publicación: Jue, 14/11/2019 - 15:39

Afrocolombianidad e inclusión, nuevos ingredientes del diálogo de saberes del Friedrich Naumann

El colegio distrital Friedrich Naumann celebró recientemente su IV Encuentro de Diálogo de Saberes, en el que se abordaron temas cruciales para la construcción de paz, objetivo principal de este importante ejercicio de análisis y reflexión colectiva.

En esta ocasión, la afrocolombianidad, la inclusión y la interculturalidad tuvieron su propia mesa de diálogo. Julio Parrado, jefe de Área de Sociales y Filosofía, nos cuenta al respecto: “A partir de varios procesos investigativos, nos dimos cuenta de que los trabajos del grado noveno se enfocaban en el tema de la diferencia, del respeto y la valoración de la diferencia, de las comunidades afrocolombianas, negras, raizales y palenqueras, de los jóvenes que tienen algunas barreras en sus procesos de aprendizaje, porque el colegio los tiene, por lo cual fue necesario integrar una nueva mesa, que es interculturalidad, inclusión y afrocolombianidad. De hecho, fue una de las mesas que primero se llenó en ponencias”.

Estudiantes en el encuentro

Estos encuentros, que iniciaron en el 2016, se vienen desarrollando a la par con el proceso de implementación de la Cátedra de la Paz en el Friedrich Naumann. Ese año, el profe Julio fue nombrado para hacerse cargo de Ética y Filosofía y, como parte de su gestión, nació el proyecto Ciudadanía y Paz, columna vertebral del Encuentro de Diálogo de Saberes que promueve y realiza, año tras año, este colegio.

Cancha del colegio

Esta cuarta versión recogió experiencias en pro de la paz no solo institucionales, sino otras de tipo público y privado, ya que en ella participaron colegios distritales de otras localidades, universidades de la ciudad, como la Santo Tomás, La Salle y UniCervantes, y la Secretaría de Educación, a través de la Dirección de Inclusión e Integración de Poblaciones, la cual ofrece acompañamiento a las instituciones educativas del Distrito en temas de afrocolombianidad, inclusión, género y diversidad sexual, entre otros.

Un aspecto fundamental de estos encuentros es que involucran de lleno tanto a los estudiantes como a los profesores, quienes preparan las ponencias e interactúan con sus respectivos públicos en las diferentes mesas de trabajo.

Estudiantes en el aula de clases

Según el profe Julio Parrado, este intercambio de saberes siempre parte desde el interior del ser: “Se trata de autoconocerse, de encontrarse a sí mismo primero, para luego sí generar un encuentro con los otros y lograr que emerja conocimiento desde una realidad más próxima. Lo bonito es que los estudiantes son muy entregados a sus trabajos, lo cual me llena el corazón, porque, de verdad, me siento una persona con el corazón grande, ya que el ejercicio ha sido enriquecedor para todos y siento que formo parte esencial desde mi rol, desde eso pequeño que tengo y que me permite aportar a la paz. Además, ya estamos integrando a la localidad, a los padres de familia, a las instituciones: ya el colegio y quienes lo integramos somos un ejemplo de construcción de paz”, afirma.

Estudiantes junto a sus padres en un salón

Santiago Contreras, estudiante afrocolombiano de undécimo grado, proviene de la región Caribe de Colombia y lleva dos años en este colegio. Al comienzo, cuando llegó, sentía que era demasiado tímido, pero eso ha cambiado gracias a profesores como Julio Parrado: “Hay personas que no tienen la personalidad para asumir fácilmente la igualdad y se preguntan si ‘deben’ aceptar a X o Y persona; para combatir eso es que se han creado estrategias como el diálogo de saberes, organizadas por el profe Julio, un excelente profesor, digno de admirar porque nos ayuda a reconocer nuestras cualidades, nos da mucho apoyo y nos incentiva a explorar todas nuestras fortalezas. Con él he descubierto que tengo cualidades de líder, algo importantísimo, porque yo no sabía que tenía esa capacidad”.

Para Santiago, el fin de este tipo de estrategias es que los estudiantes aprendan tanto a escuchar como a exponer sus opiniones sobre los temas que les preocupan, con miras a acabar con la discriminación y el irrespeto y, así, fomentar una buena relación con los profes, quienes les comparten su sabiduría y les enseñan a reflexionar y a pensar antes de actuar. Asimismo, añade que en este proceso ha aprendido a ser muy humilde, noble y generoso con todos, sin importar si le han hecho bien o mal.

Tres estudiantes caminando en el colegio

Por su parte, Laura Vanesa Pedrozo Avendaño, del curso 902, opina que ella y sus compañeros siempre intentan apoyar a aquellos que presentan alguna condición de discapacidad: “Hemos descubierto que la discriminación nos puede afectar psicológicamente y eso no trae nada bueno, por eso nosotros, que tenemos un compañero con dificultades de aprendizaje, tratamos de ayudarlo con las tareas: adelantándolo, involucrándolo, haciéndolo parte del equipo, animándolo y felicitándolo cuando tiene un logro. A veces no llega al colegio, entonces todos nos preocupamos por él, por saber dónde está”.

Laura manifiesta que, aunque a veces cometen el error de dejarlo solo, rápidamente tratan de enmendar esto acogiéndolo: “Todos somos adolescentes y merecemos ser felices, vivir y aprender con alegría, meceremos vivir la igualdad”.

Como en el colegio hay población LGTBI, ella añade que es esencial recordar en todo momento la importancia de respetar y acoger: “Me encantaría seguir apoyando a mis compañeros porque la desigualdad no es muy bonita, me encanta la igualdad desde la diferencia, sin importar si somos altos, bajitos, flacos, gordos, negros o blancos. Todos somos hermosos tal como somos. Varios compañeros LGTBI son discriminados, por eso estamos intentando apoyarlos, intentando unirnos para formar como una familia, una especie de comunidad fuerte, y creo que está funcionando. Al principio yo no entendía qué eran, pero los profesores nos explicaron y hemos aprendido a entender, a respetar y a apoyarlos para vivir con humanidad, porque todos somos especiales, tenemos un brillo único, somos diferentes y, unidos, todos brillamos”.

Al respecto, el profe Julio insiste en la necesidad de asumir las relaciones desde el respeto, a fin de contrarrestar y solucionar los diferentes problemas que a diario enfrentan los colegios: “Aunque la institución es muy abierta, es necesario entender otras acciones y formas de vivir, más que todo en el tema de las expresiones afectivas, ahí falta mucho por hacer, por eso el encuentro apunta a que emerja la experiencia y el conocimiento relacionado, pero, sobre todo, a fomentar la reflexión y la aceptación, a través de una mesa de interculturalidad y de nuevas perspectivas de pensamiento que este año, por ejemplo, tuvo como invitada a una niña trans del colegio Nuevo Horizonte, cuya ponencia fue ‘La homosexualidad no se contagia’, la cual aportó al colegio una visión de mundo diferente”.

Asimismo, a través de estas experiencias, poco a poco, las situaciones de intolerancia que se presentan dentro del colegio también han ido bajando: “El colegio recibe población principalmente de los barrios La Cita y del Codito. Hemos tenido situaciones fuertes, por ejemplo, por el tema de pandillas. También tenemos población bastante vulnerable a las drogas, al consumo y el porte incluso de armas. Pero, desde hace alrededor de seis meses, no ha habido una sola riña dentro del colegio, lo que antes pasaba todos los días. El consumo de drogas también se ha reducido, aunque sí hay que seguir trabajando fuera del colegio, en el entorno escolar, porque en el exterior hay bastante influencia de las personas que consumen y distribuyen drogas”, enfatiza el profe Parrado.
En pocas palabras, estas estrategias han incrementado la empatía, han mejorado la convivencia y han aumentado el interés por construir paz a través de pequeños actos cotidianos como acoger y respetar a todas las personas que van llegando al Friedrich Naumann.

Luis Martelo hablando con los estudiantes

Luis Martelo, de la Dirección de Inclusión e Integración de Poblaciones de la Secretaría de Educación, entidad que acompaña no solo el proceso de implementación de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos, sino el de la Catedra de Paz, presentó una ponencia que, en este encuentro, reforzó el tema de la identidad y llamó la atención sobre el daño que algunas prácticas recurrentes y nocivas hacen a los estudiantes.

“Mi ponencia trata sobre María Matamba, una mujer afroliberta del siglo XIX que luchó por mantener su nombre y apellido de origen africano, es decir, que luchó por el reconocimiento, el uso y la prevalencia de su nombre original, porque ella no era una categoría, ‘la negra’, sino una mujer con nombre, que merecía respeto y valoración, porque formaba parte de un grupo humano con dignidad, derechos y condiciones específicas. Y toda esta lucha era porque querían cambiarle el nombre, borrar su origen, su procedencia, y ponerle otras designaciones, otros nombres impuestos en y desde la esclavitud”, afirma.

Una estudiante con una muñequita

De hecho, la Secretaría de Educación del Distrito hace acompañamiento a 48 colegios distritales en la implementación de la Catedra de Estudios Afrocolombianos y realiza la atención a presuntos casos de racismo y discriminación racial en el sistema educativo distrital. De enero a septiembre de 2019, un total de 6404 estudiantes han sido atendidos por la línea de educación intercultural y grupos étnicos de la Dirección de Inclusión e Integración de Poblaciones y, de estos, 1328 son estudiantes indígenas y 603 afrocolombianos. Asimismo, 150 casos han sido reportados a través de la ruta de atención a casos de racismo, de los cuales 48 corresponden a estudiantes víctimas de presuntas situaciones de racismo o discriminación racial y, el resto, son estudiantes que han participado en actividades pedagógicas relacionadas con la atención a los casos.

Igualmente, 1515 docentes han sido atendidos por la línea de educación intercultural y grupos étnicos y 1681 docentes, funcionarios y padres de familia han participado en talleres de socialización de la ruta de atención a casos de racismo. En la IED Friedrich Naumann, la Secretaría tiene registrados 32 estudiantes afrocolombianos, con quienes este año realiza un trabajo de acompañamiento en relación con el autorreconocimiento y temas como el Bicentenario y la presencia afrocolombiana en la historia nacional.

Porque una ciudad educadora es una Bogotá mejor para todos


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