Fecha de publicación: Mié, 18/05/2022 - 11:53

La maestra del Distrito que cumplió el sueño de ser maga

Desde niña quiso aprender el oficio del ilusionismo y años después lo consiguió. Conozca la historia de este proyecto sin precedentes que hace felices a estudiantes, a familias y, por supuesto, a la profe Nancy Toloza, quien hoy está cumpliendo el sueño de toda su vida: enseñar haciendo magia.

Estudiante con sombrero de mago

Hay un colegio del Distrito al que le llaman ‘Hogwarts’. Algunos de sus estudiantes llevan atuendos de magia y a diario ensayan hechizos y trucos. Hay sombreros largos y negros en los que aparecen objetos misteriosos y las clases las dicta una reconocida maga: la profesora Nancy Toloza, docente de educación inicial.

Como si se tratara de Harry, Hermione y Ron, esta maestra les enseña a los estudiantes magos más pequeños del colegio Las Américas, ubicado en la localidad de Kennedy. Niñas y niños de cuatro y cinco años de edad que aprenden los colores, las figuras geométricas y desarrollan sus capacidades motrices y cognitivas a punta de magia.

Profesora haciendo magia

El salón es toda una puesta en escena y la profe Nancy siempre lleva el traje adecuado para que sus pupilos puedan presenciar el arte del ilusionismo. Pero ellos no son los únicos felices con cada presentación, también lo es la maestra, quien desde niña soñó con hacer magia.

“Yo siempre fui una niña inquieta, interesada por aprender y por entender cómo funcionaban o por qué ocurrían las cosas. En ese tiempo uno solo tenía radio y había muy poca televisión, así que empecé a escuchar y a leer acerca de lo que hacían los magos. Eso me llamó poderosamente la atención”, nos cuenta.

Sin embargo, la vida la llevó por otro camino hasta encontrar su vocación: ser maestra. Ya lleva 42 años enseñando y disfruta cada día de su profesión con la alegría que la caracteriza y con la tranquilidad de haber conseguido todo lo que se ha propuesto.

“Soy una maestra que disfruta lo que hace y estoy muy orgullosa de lo que he conseguido. También soy una mamá dichosa, mi hijo vive y trabaja en Alemania, así que últimamente me he podido dedicar a esos sueños que tuve de niña”, expresa con una felicidad contagiosa.

Estudiante con sombrero de mago

Ahora su vida es una mezcla entre su vocación y sus sueños, esos que un día, por allá en 2018, empezó a perseguir cuando tomó la decisión de aprender el oficio de los ilusionistas. “Investigué en internet y encontré a un profesor mago, lo contacté a inicié las lecciones con él. Luego adquirí algunos objetos

mágicos y después mi hijo me ayudó enviándome varios más desde Alemania. Hoy tengo toda una habitación llena de magia”.

Cuenta su historia muy feliz, tan contenta como las niñas y niños que asisten a su clase y que se fascinan con cada truco de su profe maga. Pero sus estudiantes no han sido las únicas personas que han podido disfrutar del espectáculo.

“Mis primeros aprendizajes en magia fueron en 2018 y 2019, pero fue por la pandemia que empecé a implementar esos conocimientos en mis clases. La virtualidad era muy difícil y más para estudiantes tan pequeños, así que pensé que debía motivarles de otra manera. Planeé el ‘show’ de magia y fue todo un éxito. No solo los niños no se querían perder la clase, sus mamás y papás tampoco. Nadie faltaba, incluso asistían hermanos, abuelos y primos. Creó que logré el propósito de motivar a mi comunidad en un momento tan complicado como fueron los confinamientos”, recuerda.

Profesora y estudiantes haciendo magia

Hoy lo más difícil pasó. Ya no ve a sus pequeñitos, como ella les llama, a través de una pantalla, sino que los recibe todos los días con su traje de maga. Ellos y ellas, felices, asisten también con sus atuendos y siempre que entran al salón se ponen sus sombreros negros. Hay quienes practican trucos en sus casas y se los presentan a su profe y a sus compañeros.

Una vez inicia la clase toda la atención está puesta en la varita, en la bolsa mágica o en el sombrero de la maestra Nancy porque no saben cuándo les ofrecerá el próximo artificio. Así ha conseguido el objetivo con el que todo docente sueña: la atención permanente y voluntaria de sus estudiantes. No necesita mayor incentivo que su ‘show’.

“Para mis niños la educación no está siendo un proceso repetitivo y cansón, por el contrario, van a divertirse y gracias a las actividades siempre los veo sonriendo, no faltan a clase y su comportamiento es fabuloso porque sencillamente están haciendo algo que les gusta. Además, con cada truco interiorizan los temas de cada clase”.

De esta manera, la profesora Nancy le enseña a quienes hoy son niños y niñas, pero en un futuro tomarán las riendas de la ciudad y del país. “Pienso que mi trabajo es fundamental porque la formación infantil es la base de todo ser humano. Si los estudiantes tienen una base fuerte y, sobre todo, crecen con cariño y afecto, en el futuro no repetiremos muchos de los errores que históricamente hemos tenido como país”.

Una reflexión profunda en la que cree desde que decidió ser maestra hace más de cuatro décadas. Por eso todos los días se levanta con la mejor disposición, preparara su clase y asiste al colegio para ofrecerle a sus estudiantes el mejor de los ‘shows’ de magia, como ella lo soñó cuando era niña.

“Soy muy feliz porque este es un proyecto traído del alma, es algo que me fascina. Yo me subo a un escenario a hacer magia y no puedo sentirme más dichosa. Es la mejor manera para culminar mi carrera docente, estoy finalizando un ciclo con broche de oro y cumpliendo el sueño de toda la vida”.

Pero una historia mágica no puede terminar sin las palabras adecuadas. Por eso, en su mes, les decimos a todas las maestras y maestros de Bogotá:

¡ARACHÍS, ARACHÁS... SI TÚ LO CREES LO CONSEGUIRÁS!

Por: Ángel Andrés Aguilar Forero


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