Fecha de publicación: Lun, 05/10/2015 - 14:39

‘PENSAR HISTÓRICAMENTE, NO SOLO CONOCER LA HISTORIA’

Esta frase encierra uno de los retos más importantes que tienen los docentes de ciencias sociales actualmente en el aula; así lo manifestó Juan Camilo Rodríguez, presidente de la Academia Colombiana de Historia en esta entrevista realizada durante el Seminario “La enseñanza de la historia en el ámbito escolar’.

El seminario tuvo lugar el pasado 1º y 2 de octubre en el marco del ‘XVII Congreso Colombiano de Historia’, organizado por la Asociación Colombiana de Historiadores y la Academia Colombiana de Historia, el cual se desarrollará hasta el 10 de octubre en diversos escenarios del Centro Histórico de Bogotá.

El evento académico contó con la participación de cerca de 200 docentes de ciencias sociales de colegios públicos de Bogotá, así como de directivos del Centro Distrital de Memoria, Paz y Reconciliación y el Centro Nacional de Memoria Histórica.

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Historiadores y maestros expertos como Malcolm Deas, historiador y profesor jubilado de la Universidad de Oxford - Inglaterra, compartieron con los asistentes conocimientos y experiencias en torno a ¿Qué enseñar en historia? ¿Cómo enseñarla? y ¿Para qué enseñarla?, 3 preguntas esenciales para reflexionar sobre la enseñanza de la historia en el ámbito escolar y hacer propuestas que se ajusten a los objetivos y los contenidos de la educación básica y media. (Conozca aquí más sobre los expertos invitados y las conferencias desarrolladas).

En esta entrevista, el presidente de la Academia Colombiana de Historia, comparte algunas reflexiones en torno a esta importante temática abordada desde este seminario organizado por la Dirección de Formación de docentes e innovaciones pedagógicas de la Secretaría de Educación del Distrito (SED) y la Asociación Colombiana de Historiadores en el marco de la política educativa ‘Currículo para la excelencia académica y la Formación Integral’.

¿Cuál es la importancia de desarrollar el tema de la enseñanza de la historia en el ámbito escolar, en el marco del  ‘XVII Congreso Colombiano de Historia’?

Es un Congreso muy grande en el cual tenemos más de 200 ponencias, 24 mesas temáticas, 15 conferencistas internacionales, uno de los temas que va a abordarse en las mesas temáticas es la enseñanza de la historia. Hemos visto, precisamente en el evento de esta mañana, la importancia no solamente de enseñar la historia en términos de acontecimientos, fechas, personajes, etc.; sino, especialmente, la importancia de pensar históricamente: causas, consecuencias, relaciones con el presente, con el pasado, eso es lo importante y lo que el país exige en un momento como el actual en el que respiramos aires de paz y renovación de un futuro promisorio: esa consideración histórica, pero histórica bajo perspectivas novedosas de entender y pensar la historia.

¿Qué papel juega la enseñanza de la historia en los colegios hacia la construcción de paz en estos momentos del fin del conflicto, desde esta perspectiva de pensar históricamente?

Naturalmente tenemos que conocer el pasado, y no solamente el pasado remoto sino el pasado cercano asociado precisamente con las 5 décadas de conflicto en el que hemos estado imbuidos. La enseñanza de la historia, la reflexión sobre lo sucedido durante estos años, el conocimiento de lo que algunos denominan la verdad, las causas del conflicto, etc., son las que nos permiten llevar, hoy en día, a los procesos de reconciliación, de verdad, de justicia, de garantía de no repetición de lo que ha sucedido.

En estos tiempos de fin de conflicto se habla mucho y, a veces indistintamente, de memoria e historia ¿qué diferencia podríamos encontrar entre estos términos?

Esa pregunta es muy pertinente porque se ha vuelto una cierta moda el usar, como si fueran sinónimos, los términos memoria e historia y es muy importante entender las diferencias entre uno y otro. Cuando hablamos de historia estamos hablando de un proceso de tipo inferencial en primer lugar, y en segundo lugar verificable a partir de una serie de pruebas, de evidencias, de documentos, etc.; cuando hablamos de memoria, estamos haciendo referencia a otro tipo de metodología o conocimiento del pasado que no necesariamente se sustenta en ese tipo de referentes empíricos de la historia.

La historia ha sido contada desde la mirada masculina y por los hombres, ¿cómo romper con esta tendencia e integrar otras voces como la de la mujer?

Claro, es absolutamente cierto que esto ha sucedido pero también ha venido cambiando. Antes se hablaba de lo que algunos han llamado ‘la historia desde arriba’, es decir, la historia en la que los protagonistas son los grandes hombres, los grandes dirigentes políticos, los militares; y la mujer, por ejemplo, desaparecía de la historia, así como todas las minorías étnicas, religiosas, sexuales, etc. Esto ha ido cambiando, hoy día hablamos de otro tipo de tendencia histórica que se conoce como ‘la historia desde abajo’, que involucra a otros actores sociales de la historia en el devenir de los pueblos y la importancia de ellos en los procesos.

Investigaciones recientes han valorado el papel de la mujer en la historia política, en la independencia, en las guerras civiles colombianas, pero es necesario fortalecer radicalmente este tipo de perspectivas, por ejemplo los negros e indígenas en la independencia; pensábamos que poco o nada habían participado y, por el contrario, bastante fue su participación en la independencia y en la historia en general.

En nuestros colegios tenemos niñas y niños de distintas partes del país, como se puede potenciar esta multiculturalidad a través de la enseñanza de la historia sin caer en regionalismos?

También es importante considerar las particularidades locales y regionales. Nosotros hemos tendido en el país a tener una perspectiva histórica puramente nacional, global, como si fuera una cosa que sucede en el aire. Un ejemplo específico sería la ‘Guerra de los Mil Días’; las perspectivas tradicionales la ven como unos conflictos entre liberales y conservadores y entre grandes dirigentes de uno y otro partido, pero si le pones la lupa a esto, en las regiones las lógicas y las dinámicas son completamente diferentes. Tampoco hay que descartar esas miradas.

Cuáles sería uno de los desafíos más importantes de las maestras y maestros de ciencias sociales frente a la enseñanza de la historia?

Precisamente lo que nos convoca en este evento, pensar históricamente, no solamente conocer historia, hechos y acontecimientos, sino conocer las estructuras en las cuales estos acontecimientos se han desarrollado, sus explicaciones, sus lógicas, sus consecuencias para el presente, pensar históricamente.


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