Fecha de publicación: Jue, 14/07/2016 - 16:34

EN ESTE COLEGIO DE BOSA SE FORMAN LAS MEJORES JUGADORAS DE VOLEIBOL DE LA CIUDAD

Una década de triunfos convierten al colegio distrital El Porvenir en una cantera de deportistas de altísimo nivel, donde incluso el rector y los maestros practican, viven y respiran voleibol.

Ganadoras en 10 campeonatos distritales consecutivos en las categorías menores e infantil – femeninos, primer puesto en los juegos Nacionales Supérate 2012, segundo puesto en 2011 y tercer puesto en 2009, cuatro Copas ESPN (en la que participan instituciones públicas y privadas), hacen parte del palmarés de la escuela deportiva del colegio El Porvenir de Bosa, que ha formado cuatro generaciones de jugadoras de altísimo nivel. las guerreras del vóley en Bogotá. Las niñas que durante estos años han integrado los equipos, son reconocidas en el país por su exquisita técnica y vistoso estilo de juego. Muchas de ellas han hecho parte de las Selecciones de Colombia y de Bogotá y varias han obtenido becas universitarias gracias a su actividad deportiva.

Nombres como María Alejandra ‘Juanita’ Rangel, Lizeth Mahecha, Lizeth Arévalo, Catherine Galindo, esta última elegida como mejor líbero del campeonato nacional Interligas, hacen parte del ‘salón de la fama’ de jugadoras de esta escuela deportiva y son orgullosas egresadas del colegio El Porvenir.  

En esta institución del sur de la ciudad, el voleibol, el fútbol de salón y la actividad física son asuntos de primer orden. El rector es ciclista y jugador voleibol. El entrenador del equipo fue jugador profesional, y a las jugadoras literalmente ‘se las rapan’ en ligas y clubes. 

Así se vive y se siente este deporte, según sus protagonistas.  

Tres formas de ver el voleibol, una sola pasión

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Luis Humberto Olaya

Rector – deportista

El voleibol y el deporte son una oportunidad de vida, un proyecto de vida. El deporte, al igual que la danza y las artes, son espacios para quitarle los niños a la droga, a la delincuencia y a la violencia. El voleibol es cultura, es aprendizaje, es valores. Muchas de las niñas nunca habían salido de la ciudad y ahora recorren el país jugando. Para mí es una herramienta muy poderosa para motivar a los jóvenes. 

Cuando joven fui atleta. Ahora que ya estoy veterano hago parte del equipo de ciclismo de ruta de Canapro y estoy en el equipo de voleibol de maestros, y casi siempre ganamos en los Juegos del Magisterio. 

Yo creo que el éxito de la escuela de voleibol es que todos trabajamos sintonizados. Que el deporte es lo más importante para todos. Tenemos un equipo de maestros y de formadores en educación física maravillosos. Un equipo de profesionales que, desde que los niños están pequeñitos, están alerta para detectar sus habilidades y talentos. Dependiendo de sus aptitudes físicas y deportivas los van encaminando. Me dicen: “señor rector, esta muchacha es ágil, tiene fuerza, tiene figuras, metámosla a porras, esta otra tiene buena talla, tiene dominio, metámosla a voleibol”. Ese es el secreto.  

Juan Carlos Bautista 

Entrenador – deportista

Yo soy un apasionado por el voleibol. Es como cuando uno hace el almuerzo con amor y eso hace que le quede rico, esto es igual. En la escuela entrenamos todos los días, es voleibol al desayuno, voleibol al almuerzo y voleibol a la comida. Con decirle que una vez que nos eliminaron de la final de los Juegos Supérate duré una semana sin comer. Yo soy un guerrero de esto y eso se lo transmito a mis jugadoras, para que entiendan que la única manera de conseguir las cosas en la vida es luchando por ellas. Eso es el voleibol. 

X

Toda la vida me he dedicado a este deporte. Fui jugador profesional durante muchos años. Pertenecí a la Selección del Huila donde jugaba en la posición de líbero y posteriormente, luego de cursar la Licenciatura en Educación Física, empecé a trabajar como entrenador, como formador de deportistas. Entrené a la Selección del Huila, luego estuve en el colegio Charles de Gaulle y luego pasé al colegio El Porvenir donde le planteé al rector mi sueño de formar una escuela de voleibol con todas las de la ley y él me apoyó en todo. Han pasado 14 años y muchos títulos. 

Siempre me ha causado curiosidad que cuando vamos a competir todo el mundo me preguntan cuál es el secreto para que los equipos de este colegio sean tan buenos. Yo creo que el secreto es que no hay secreto. Vivo este deporte con intensidad, con pasión y eso es lo que transmito a mis jugadoras. Eso hace que ellas se ‘engomen’ por este deporte, que lleguen puntual al entrenamiento, que rindan académicamente para poder estar en el equipo, ellas lo hacen solas porque se apasionan como yo. 

Creo que este este equipo es tan bueno porque las jugadoras son guerreras por naturaleza. El sector y la localidad de Bosa son complicados en cuestión de orden público, entonces el medio en el que ellas viven las hace muy guerreras. Esa fuerza, esa energía que le ponen a todo lo que hacen muestra la capacidad que tienen para sobreponerse a las cosas malas y sacarlo todo en la cancha. Eso, más una excelente fundamentación técnica y mucha competencia, mucho ‘fogueo’ para que tengan experiencia compitiendo. Ese es el secreto.

Laura Daniela Garzón 

Estudiante – deportista

Para mí el voleibol es felicidad, es algo que me produce felicidad. Es una familia porque mis compañeras son como mis hermanas y el profe es muy especial con nosotras y nos enseña mucho. Además, es una oportunidad de vida y una opción para aprender algo y ocupar el tiempo. 

S

Empecé en este deporte por una invitación del profe Juan Carlos. A mí no me interesaba el deporte ni nada, pero el profe me vio jugando y me dijo que tenía condiciones, entonces empecé a entrenar. Ya llevamos varios años entrenando fuertemente y la idea es convertirme en jugadora profesional. 

El voleibol me cambió la vida. Yo era muy descuidada con las cosas del colegio, no hacía tareas y empecé a perder años y atrasarme. Tenía muchos problemas en mi casa, mi hermano estaba sumido en las drogas y eso causaba muchos problemas en la familia.

Cuando me metí al equipo, empecé a entrenar y todo, pero seguía fallando en lo académico. Entonces el profe me dijo que si no mejoraba académicamente – porque ese es un requisito para todas las jugadoras – me iba a sacar del equipo, y como yo ya estaba ‘encarretada’ con el juego pues me puse las pilas y me nivelé y ahora estoy al día y cumplo con todas mis obligaciones.  

El voleibol se convirtió en el eje de todo, en lo más importante. Si el voleibol está bien, entonces todo va bien. 

Porque una ciudad educadora es una Bogotá mejor para todos. 


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