EL ‘MURAL DE LOS FAMOSOS’ QUE BUSCA TRANSFORMAR LA CONVIVENCIA EN UN COLEGIO DE LOS MÁRTIRES

Más de 50 metros con caras de importantes personalidades colombianas y palabras que promueven el respeto y la identidad, buscan transformar el colegio República Bolivariana de Venezuela en un escenario de reencuentro, reconciliación y paz.

Hay caras nuevas en el patio del colegio. Sus miradas y las inconfundibles sonrisas que los caracterizan, ahora en tonos metalizados y brillantes, quedaron plasmadas con aerosol en las paredes de la Institución Educativa Distrital República Bolivariana de Venezuela, para revivir una y otra vez su legado durante las clases y los recreos.

Nunca antes Débora Arango, Andrea Echeverri, Enrique Buenaventura, Santiago García, Jaime Garzón, Totó la Momposina y Gabriel García Márquez estuvieron tan cerca el uno del otro como lo están hoy en este colegio ubicado en pleno corazón de Bogotá. Están allí por una importante razón.

Fueron plasmados por voluntad de estudiantes y maestros para transformar imaginarios y sembrar esperanza entre niñas y niños autistas, hijos de trabajadoras sexuales, menores en condición de discapacidad y demás integrantes de la comunidad que pertenece a esta institución educativa.

Ellos se vincularon desde el pasado mes de julio al Programa de Mejoramiento Integral de Entornos Escolares de la Secretaría de Educación del Distrito, para aportar desde allí sus ideas, sus necesidades y su sentir, en talleres para la construcción de un mural a través del arte liberador del grafiti. Y lo lograron.

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Junto al colectivo ‘Dmental’, un grupo de artistas provenientes de Francia, México, Venezuela y Colombia contratados por el Instituto Distrital de las Artes (Idartes), entidad aliada en este proceso artístico pedagógico, profesores y estudiantes se dieron a la tarea de proponer cómo rescatar las paredes de su institución para apropiarse de su espacio a través del color.

“Hicimos una alianza entre la Secretaría de Educación e Idartes para que los jóvenes intervinieran en el concepto del trabajo desde el enfoque socio crítico de las artes que tiene nuestro colegio. Su propuesta fueron personajes que nos ayudaran a reflexionar la realidad de manera crítica y rescatar algunos de sus mensajes más contundentes sobre las diferentes situaciones sociales del país y del mundo”, explicó Gina Alexandra Velázquez Moreno, profesora de artes plásticas y visuales del colegio.

Pero la apuesta del programa Entornos Escolares es mucho más ambiciosa. El objetivo es consolidar Zonas de Orientación Escolar (ZOE) entre la Secretaría de Educación, entidades del Distrito y comunidad educativa en Los Mártires, para sensibilizar y formar para el mejoramiento de la convivencia y la consolidación de entornos escolares protectores.

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En palabras del subsecretario de Integración Interinstitucional de la Secretaría de Educación, Jorge Celis, “poner a la escuela en el centro de las transformaciones del territorio, para construir un nuevo tejido social, nuevas narrativas por parte de sus comunidades y así, reducir situaciones de vulnerabilidad o de riesgo de los estudiantes entre la comunidad que rodea los establecimientos educativos de Bogotá”.

A eso le están apostando en total 8 colegios de Los Mártires en los cuales sus estudiantes y docentes se han sumado a la construcción de murales para promover la convivencia pacífica y la transformación social a partir de sus entornos.

La experiencia de Viviana Martínez, una estudiante de grado 8º del colegio República de Venezuela y habitante del barrio San Bernardo, ratifica esa apuesta.

“La drogadicción y la inseguridad han estado presentes en este sector por mucho tiempo y lo más fácil para cualquier habitante sería irse de aquí. Pero si hay un cambio de mentalidad y los jóvenes nos interesamos más por el arte, la danza y la cultura, vamos a cambiar esa situación muy pronto”, afirma la estudiante.

Para Viviana, el hecho de haber participado en la construcción de los murales significó una oportunidad para confirmar su pasión por el arte urbano y en consecuencia por el diseño gráfico.

“El colegio me confirma las habilidades que he heredado para el arte. Quiero hacerlo con toda la pasión. He perdido a algunos familiares porque que han caído en las drogas, pero, así como en una obra de arte se puede borrar y pintar un lienzo diferente”. Uno que según Darly está lleno de unión y esperanza para el futuro de su barrio y de su localidad.

Hugo Edilberto Florido, rector de la institución, asegura que esta intervención artística, que está abierta a la comunidad educativa de la zona, “refuerza la idea de que la expresión artística es una forma de contribuir al desarrollo de los estudiantes y que ellos deben tener ese tipo de espacios para su formación como mejores ciudadanos”.

Porque una ciudad educadora es una Bogotá mejor para todos.

Fotos y texto Esteban Pineda