Fecha de publicación: Lun, 26/12/2016 - 12:04

LA PRODUCTORA CINEMATOGRÁFICA DEL INEM FRANCISCO DE PAULA SANTANDER

El cine y las expresiones audiovisuales se convirtieron en dinamizadores del conocimiento en este colegio de Kennedy, gracias a un proyecto que busca integrar conocimientos alrededor de la producción audiovisual. Tres cortometrajes de ficción, dos cortos documentales y un film minuto son sus principales obras.

Hacer del cine un nuevo ambiente de aprendizaje que acerque a los estudiantes a la realidad de una manera sensible y crítica es el objetivo principal del proyecto de cineclub y taller audiovisual ‘La Caja Negra’, iniciativa liderada por dos docentes del INEM Francisco de Paula Santander que busca generar procesos de aprendizaje y convivencia utilizando las herramientas audiovisuales. 

Narrar la realidad de otra manera, contar el contexto desde la perspectiva de los jóvenes y acercarlos al conocimiento de una forma didáctica y experiencial han sido las constantes de este proyecto liderado por Juan Camilo Rodríguez, docente de filosofía y Franklin Arévalo, de ciencias sociales, que encontraron en el cine y en la narrativa audiovisual una herramienta pedagógica para crear un nuevo ambiente de aprendizaje en el seno de la institución. 

“El proyecto nace como una inquietud que teníamos nosotros como docentes porque queríamos vincular la herramienta audiovisual a las clases de filosofía y de ciencias sociales, para hablar con los muchachos desde otros puntos de vista. Así empezamos a alimentar la idea de integrar este lenguaje a la escuela”, explica el profesor Juan Camilo.

Un cineclub que se organizó los sábados para dinamizar las clases de estos dos docentes y que les permitiera abordar los temas de sus asignaturas desde otras perspectivas que solo brinda la narrativa audiovisual fue la semilla del proyecto que rápida y espontáneamente evolucionó para convertirse en un taller de realización audiovisual donde los estudiantes de la institución crean contenido propio.

La base del grupo la conforman 25 estudiantes de los grados séptimo a once de bachillerato de la institución, que se reúnen en su tiempo libre para alimentar sus mentes con la cinematografía internacional y para crear contenidos que hablan de sus inquietudes, sus preocupaciones y de las múltiples experiencias que conviven dentro y fuera de la escuela. 

“La idea del proyecto es que podamospreguntarnos acerca de las diferentes realidades y acercarnos de una forma sensible, pero también muy crítica”, destaca el profesor Franklin, quien se dejó contagiar por la idea de su colega para emprender esta aventura pedagógica y cinematográfica. 

Nuevas formas de aprender

El cineclub y los talleres de realización audiovisual son los dos frentes de acción de ‘La Caja Negra’. En el primer espacio, la cinematografía mundial, los grandes clásicos del cine, son el insumo para alimentar, expandir y retroalimentar los temas de las asignaturas de filosofía y ciencias sociales. 

En el segundo espacio, que son los talleres de creación, las inquietudes de los estudiantes, sus ideas e historias, se convierten en guiones que van construyendo entre todos y que luego de un arduo proceso se convierten en obras audiovisuales de gran calidad que trascienden la institución y participan en festivales y concursos. 

“El proceso comienza con el taller de concepción audiovisual, donde pensamos esas historias en términos audiovisuales. Luego pasamos a la realización del guion, el proceso de preproducción y producción donde organizamos todo para el rodaje, o sea el casting de actores, las locaciones, la alimentación, el transporte, equipos y vamos a rodar. Finalmente está la posproducción, sonorizar, colorizar y editar. Todo lo hacemos nosotros mismos, desde la idea hasta el producto final”, resalta el profe Juan Camilo.

El resultado de esos talleres han sido varias producciones que han participado en distintos festivales y reconocidos circuitos audiovisuales capitalinos, lo que denota el profesionalismo del trabajo de este grupo que, aunque tiene un enfoque escolar y experimental, trabaja bajo altos estándares de calidad. 

A la fecha han realizado tres cortometrajes de ficción, dos cortos documentales y un film minuto. Los cortos se han presentado en espacios como Canal Capital y una de sus obras participó en el Festival Internacional de Cine de Infancia y Adolescencia en 2014. Además, tuvieron la oportunidad de mostrar su proyecto como participantes en el Foro Educativo Distrital 2016.

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“Contamos con reconocimientos de la Cinefmateca Distrital, de productoras locales y nacionales que acompañan el proceso, hemos logrado tener cortos en festivales, compartir lo que nosotros hacemos con mucha gente que lo pueda mirar, pero más allá de los premios y los reconocimientos, lo más importante es que abrimos este espacio en el colegio donde tenemos un grupo de gente conversando de cine alrededor de temas filosóficos, hicimos una comunidad de diálogo en la escuela”, dice el profe Franklin.  

La primera productora escolar

Gracias a esta iniciativa, muchos estudiantes de la institución han tenido la oportunidad de explorar sus talentos y adquirir conocimientos y habilidades que les han planteado un nuevo camino, y por qué no, un proyecto de vida. 

Samuel Alejandro Velásquez, estudiante de décimo, debutó como director con el cortometraje Balas de Papel, que recibió los aplausos y la admiración del público en el Foro Educativo Distrital.

“Es una experiencia muy bonita porque el proceso fue tremendo, trabajamos mucho y ver el fruto es muy interesante. Este proyecto nos enseña otra mirada del cine y del arte, entender la sociedad desde un filtro artístico. Esto me impactó y me enamoró del cine. Franklin y Juan Camilo son dos personas que están enamoradas de la docencia y de educar a los estudiantes”, destaca Samuel.

La idea para el próximo año es consolidar todos los frentes de trabajo, buscando integrar otras materias y docentes, y seguir fortaleciendo la producción de contenidos para poder hacer más y mejores obras.

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“Nos estamos configurando como una pequeña productora escolar. El proyecto me ha mostrado que creer en algo y hacer las cosas para lograrlo vale la pena, tiene sentido y por más que haya obstáculos, siempre que uno se proponga algo lo puede hacer. Esa es la enseñanza que he adquirido en el proceso y la que queremos que se lleven los estudiantes”, finaliza el profesor Juan Camilo. 

Porque una ciudad educadora, es una Bogotá mejor para todos. 


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