Fecha de publicación: Vie, 30/12/2016 - 13:30

‘PROGRAMANDO - ANDO’: UN PROYECTO QUE UNE TECNOLOGÍA, EDUCACIÓN Y CONVIVENCIA

En el colegio Ciudad de Bogotá de Tunjuelito, estudiantes y maestros son unos verdaderos gomosos de la tecnología. Su misión: convertirse en la primera institución del Distrito en la que los estudiantes creen su propio contenido pedagógico con la ayuda de las TIC. Conozca su experiencia

Animaciones en 3D para enseñar a los niños de cuarto el ciclo del agua, una tabla periódica interactiva para la clase de química de décimo, una serie de videos animados para combatir el hostigamiento escolar y promover la sana convivencia, son algunas de las obras de ‘Programando – ando’, iniciativa para poner la informática, los medios de comunicación y la tecnología al servicio de la comunidad educativa del colegio Ciudad de Bogotá.

El proyecto, liderado por el ingeniero Carlos López, docente de Desarrollo Integral de la Educación Media en la línea de ingeniería, se propuso cambiar la manera en que alumnos y docentes entienden la tecnología y sus usos. Y lo consiguió.

En la actualidad, este colegio de la localidad de Tunjuelito es un laboratorio de experimentación donde los contenidos curriculares, las asignaturas y el conocimiento se relacionan, se fusionan y se retroalimentan con la informática y las tecnologías de la comunicación.

Derrumbar paradigmas y demostrar que la tecnología y los celulares tienen usos que van más allá de chatear y consultar el Facebook, fue una de los primeros obstáculos que este docente tuvo que sortear para implementar las herramientas tecnológicas en el trabajo de aula.

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“A veces la tecnología se convierte en un problema en el colegio porque se malutiliza. Por ejemplo, el celular, que causa tantos malestares en el aula, pero si nosotros como docentes los apoyamos y los direccionamos para que vean que el móvil no solamente sirve para chatear y ver videos en YouTube, sino que pueden utilizarlo como una herramienta didáctica, eso los potencia a ellos muchísimo”, comenta el profe Carlos.

La curiosidad natural de niñas, niños y jóvenes hacia la tecnología, su predilección por las herramientas interactivas donde se pueda ver, tocar y mover, inspiró a este docente a formular un proyecto para que todo ese conocimiento y gusto de los jóvenes hacia lo tecnológico, se volcara al trabajo pedagógico para dinamizar las clases y mejorar los aprendizajes.

De esa inquietud inicial y de un trabajo meticuloso y juicioso del docente con un grupo pequeño de estudiantes con facilidad y gusto por la programación, la ilustración y el modelado en tres dimensiones, el proyecto evolucionó, creó sinergias con otros docentes y se convirtió en una herramienta pedagógica que mejoró la manera de aprender y enseñar en la institución.

De la tecnología que distrae a la tecnología pedagógica

¿Cómo convertir a los celulares, tabletas, computadores y aparatos tecnológicos que tanto atraen a los muchachos en herramientas pedagógicas que ayuden a los maestros a difundir sus contenidos? Esa fue la pregunta inicial que tuvo que plantearse el profe Carlos para formular su iniciativa. 

“Quise aterrizar un poco a los muchachos con respecto a las herramientas que ellos manejan y que vieran qué uso real podrían darles a esas herramientas, de ahí empezó a surgir la creación de proyectos, que es en lo que nos enfocamos en la actualidad. Inicialmente me enfoqué en que generaran proyectos para el aula, para incorporar las Tics dentro del aula, ya que como ingeniero que soy, los estudios que he hecho me han servido para darme cuenta que incorporando las Tics en el aula facilitan mucho el aprendizaje al estudiante”, recordó el docente.

Fue así como el grupo inicial que se conformó en 2013, que trabajaba programación informática básica, ilustración digital y modelado en tercera dimensión en los ratos libres del docente y de un puñado de estudiantes ‘gomosos’ de la tecnología, pasó a ser un grupo especializado que utiliza las animaciones, las gráficas interactivas y los medios de comunicación para ayudar a los profesores del colegio a hacer los contenidos de sus clases más atractivos para los estudiantes de todas las edades.

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El grupo ¬– conformado por 25 estudiantes de 4º a 11º y un exalumno – se organizó en cuatro mesas de trabajo que empezaron a dar un nuevo enfoque, una nueva vida, a los “aburridos” y “planos” contenidos curriculares tradicionales.

En la primera mesa están los ilustradores, que se encargan de hacer carteles, volantes, ilustraciones y toda la parte gráfica del equipo utilizando programas profesionales como Ilustrator y Flash.

En la segunda mesa se ubican los modeladores en tercera dimensión; ellos se encargan de darle vida a los objetos y los ambientes que se ven en las animaciones en 360 grados. La tercera mesa la ocupan los programadores, que se encargan de que esos objetos que diseñan los modeladores y las piezas gráficas de los ilustradores, cobren vida propia y se engranen en animaciones y tablas interactivas.

Y a partir de este año y proyectándose hacia 2017, se creó la cuarta mesa de trabajo que se ocupa de la parte de audiovisual y de medios de comunicación, que se encargan de grabar entrevistas, imágenes y contenidos que luego se enriquecen en el computador con animaciones, realidad aumentada y todos los recursos de las otras mesas.

La magia de aprender viendo, oyendo y tocando

Para el grupo de ‘Programando – ando’, para este docente inquieto y este grupo de estudiantes curiosos, el hecho de poder acercarse a un contenido de forma interactiva, de poder mirar, oír, tocar y mover, hace que el aprendizaje se convierta en una experiencia más completa y más enriquecedora, y que el estudiante sea más receptivo hacia lo que aprende.

“Dentro del espacio académico, las TIC tienen una gran potencialidad. El hecho de yo pueda hacerle a un chico evaluación en línea, aplicar una guía virtual, que el estudiante pueda construir un ambiente como lo hicimos en 3D, o que el profesor pueda incorporar las tabletas dentro del aula generando contenidos pedagógicos, eso alimenta mucho a los muchachos”, resalta el docente.

Y asegura que “hoy en día los chicos son más kinestésicos, todo lo que puedan ver y oír, en audio y video, les llama mucho la atención. Eso lo tenemos que explotar nosotros como docentes, pero debemos direccionarlos, buscarles a esas herramientas una aplicación que realmente les sirva en su proceso académico”.

Por esta razón, el trabajo del grupo se ha enfocado en la producción de material didáctico que le sirva a los maestros y estudiantes de la institución para enseñar y para aprender mejor.

Entre el material didáctico producido por el grupo destacan varias piezas que no solo han ayudado a dinamizar los contenidos de asignaturas como ciencias naturales o química, sino que también han servido para crear y difundir campañas por la tolerancia, el respeto y la convivencia. Y lo que más destaca el maestro, han cambiado la percepción que tienen los docentes y los estudiantes de la tecnología.

Una de ellas es el ciclo del agua animado. Esta pieza, diseñada por petición de la profesora de ciencias naturales de 4º, quien acompañó el proceso y los asesoró en los contenidos, muestra de una forma colorida e interactiva los diferentes estados del agua, y cómo es el proceso para que un cubo de hielo se convierta en líquido.

Herramienta que, según la docente, ha ayudado a los niños de la institución a comprender mejor el tema porque tienen la oportunidad de ver, oír y manipular cada una de las fases. También realizaron una tabla periódica en tercera dimensión, que muestra de forma interactiva todos los elementos y los usos que tienen en la vida cotidiana, hecha por petición del docente de química.

También realizaron la versión animada del manual de convivencia y han hecho varias campañas para mejorar la convivencia como el de la lucha contra el matoneo, el buen uso del material del colegio, alimentación sana y otros temas; piezas que se divulgan constantemente en los monitores y portales web del colegio.

Para estudiantes como Nicol Sofía Fonseca, de 9º, trabajar en la ilustración y animación de material pedagógico le ha brindado un enfoque diferente a su aprendizaje. “Me metí al grupo porque me pareció un camino distinto en donde le enseñan a uno de una manera más libre y uno puede expresarse de la manera que uno quiera, haciendo cosas útiles para los niños del colegio. Estas herramientas ayudan mucho porque aprendemos más y vemos las cosas como son, algo animado, ilustrado o en 3D, ayuda a los estudiantes a aprender mejor”.

Una forma de expresarse, de dejar volar la imaginación y poner la creatividad al servicio del colegio y de la comunidad, eso significa el proyecto para Sergio Suárez, de 11º. “A los más jóvenes todo lo que hacemos les parece algo divertido, algo nuevo, que tal vez nunca han visto, y tienen la experimentación de qué podrá uno sentir, cómo será estar dentro del programa y crear sus propias cosas a partir de la imaginación de cada estudiante. Esa es la idea, que de su imaginación creen y modelen lo que ellos crean que puede ser bueno para la escuela”.

De esta forma, en medio de códigos, vectores y logaritmos, el grupo de ‘Programando –ando’ avanza hacia su meta que es convertir a su colegio en el primero del Distrito en el que los estudiantes creen su propio contenido pedagógico.

Para conocer más de este proyecto, visite http://programandoando.website/ y vea algunos de sus trabajos en YouTube en https://www.youtube.com/watch?v=SBsxjMCoFpM

Porque una ciudad educadora es una Bogotá Mejor Para Todos.

Por Nicolás Rodríguez

Fotos Juan Pablo Duarte


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