Fecha de publicación: Lun, 18/09/2017 - 14:54

#VAMOSALFORO: DESDE DISTINTAS MIRADAS, EN USME LA ALTERNATIVA ES TEJER LA PAZ

Con matemáticas, arte, danza y ciencias sociales, estudiantes y maestros de esta localidad trabajan para transformar sus comunidades y materializar sus deseos de convivencia y paz.

Con la asistencia de cerca de 300 personas, entre estudiantes de colegios públicos y privados, docentes e invitados de la comunidad, la localidad celebró el pasado 1 de septiembre su Foro Educativo Local que denominó ‘Usme ancestral: creando historia y tejiendo paz’. Un encuentro de reconocimiento de saberes que se llevó a cabo en el colegio Diego Montaña Cuéllar.

En este marco, se presentaron 10 experiencias pedagógicas sobre las cuales la comunidad tuvo la oportunidad de conocer la creación, las dificultades que han superado y los logros que han obtenido. Cada una de ellas superó un proceso de selección entre 45 experiencias presentadas por los diferentes colegios de la localidad, para estar entre las elegidas que representarán a Usme en el Foro Educativo Distrital que se llevará a cabo en el mes de octubre.

Para Marcela Sáenz, directora de Evaluación de la Secretaría de Educación, quien asistió como miembro del grupo de jurados dispuesto por el foro para evaluar las experiencias presentadas, este encuentro pedagógico representa una invitación para que la comunidad educativa se permita reconocer las iniciativas de los colegios. Esas que construyen la ciudad alrededor del saber y que van más allá de un ejercicio de aula.

Para el año 2017, el Foro Educativo en Bogotá está enmarcado en los temas de reencuentro, la reconciliación y la paz. Una oportunidad para que las comunidades sean parte del momento histórico por el que atraviesa nuestro país a través de iniciativas que buscan trascender y dejar una huella en la conformación de una sociedad que deje atrás la confrontación y en las que la escuela sea protagonista.

Así lo piensa Claudia Villareal, directora de Local de Educación de Usme, para quien el foro significa un reconocimiento de lo que son las comunidades y lo que ellas buscan, lo que las anima a crear relaciones sociales en torno a la educación. Por eso, para Claudia, cada una de las 45 experiencias que personalmente conoció, significa una apuesta de maestros y estudiantes, que da cuenta de la práctica pedagógica con el fin de dar posibles respuestas a distintas problemáticas que nos afectan como sociedad.

El reconocimiento de derechos para la construcción de mejores comunidades

Entre las experiencias presentadas durante el foro local está la de un grupo de docentes y estudiantes del colegio Federico García Lorca, que reconoció hace cerca de 4 años una problemática común: la violencia se había naturalizado en su comunidad. “Veíamos que lo que sucede en el barrio, en los hogares y en la ciudad eran problemas que, si bien nos afectaban, para nosotros no era posible cambiarlos, ni ser gestores de esos cambios. Desde esa mirada nació el proyecto Los derechos humanos en el Federico García Lorca”, explican Nydia Leguizamón y Ángela Hernández, docentes de esta institución.

Inicialmente se trató de un trabajo de investigación para identificar las razones históricas de los conflictos. Historias particulares que mostraban violaciones de derechos en distintas dimensiones, desde temas ambientales hasta de igualdad, violencia e inclusión. Escuchaban a quienes decían que la escuela debe ser ajena al conflicto, pero en el caso de estas docentes, entendían que precisamente ese era un gran error, porque las problemáticas los afectan directamente y también deben ser entendidas en todas sus dimensiones.

Desde entonces, la iniciativa ha ido conquistando espacios dentro del colegio para la expresión de las distintas problemáticas. En clase se reflexiona en torno a ellas y se buscan posibles soluciones. El reto es que cada uno de los miembros de la comunidad pueda convertirse en agente de cambio consiente de sus derechos y de los de su comunidad.

Convertimos los viejos instrumentos en oportunidades de cambio

Cuando la profe Patricia León Acosta llegó al colegio Brasilia, encontró no solo unos viejos instrumentos de banda marcial sin utilizar, sino también que faltaba la pasión de la música en muchos de los estudiantes. Según Patricia, la música habita en todos los seres humanos. Por eso quiso darle una oportunidad, para que, a través de ella, se pudieran cambiar algunas de las realidades que afrontaban sus estudiantes al salir de clases.

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Se dio a la tarea de rescatar y darle vida a esos instrumentos, convenció a un pequeño grupo de estudiantes para que en tiempo extraescolar afinaran la incipiente banda. Le ‘robó’ tiempo a estos jóvenes en las calles y poco a poco fue convenciendo a otros maestros de integrar la música en los contenidos de otras clases, como las matemáticas y las ciencias sociales.

Con orgullo, este colegio se presentó en el foro de la localidad con su grupo de chirimía, una de las melodías que ensayan los más de 55 estudiantes que hacen parte de los grupos musicales que conforman esta iniciativa, que cuenta ya con maestro de apoyo especializado en música. Además, ha demostrado cumplir con objetivos tan importantes como la disminución de las cifras de deserción, el incremento de los niveles de participación en proyectos de los estudiantes y el descubrimiento de nuevos liderazgos positivos que tienen la capacidad de crear, de superar las dificultades y mejorar la convivencia en su colegio.

Arte estudiantil que viaja por toda la ciudad

Edison David Roa Ibáñez es estudiante de décimo grado del colegio Eduardo Umaña Mendoza, cuenta que el proyecto de arte escolar de su colegio ha trasformado realmente la forma en que muchos estudiantes ven el arte, la escuela y hasta sus propias posibilidades hacia el futuro.

Cuenta Edison, como embajador artístico del proyecto de arte de su colegio, que el profesor José Manuel Granados quería que sus estudiantes representaran sus emociones en a través del grafiti, pero estos no debían ser pintados en muros de la calle. Lo que buscaba es que la muestra de lo que plasmaran tuviera la posibilidad de trasladarse para mostrarlo en otros escenarios más allá del barrio y el colegio.

Fue así como nació una exposición itinerante que lleva más de un año recorriendo colegios, universidades y auditorios, que representa la creación de una cultura colectiva y la expresión de una comunidad académica que ha mejorado su comunicación, la pertenencia a la institución y un proyecto ambicioso que sigue recorriendo la ciudad.

Experiencias como estas se presentarán los días 4 y 5 de octubre en el Foro Educativo Distrital, que se llevará a cabo en el colegio La Felicidad. Conozca cómo avanza este proceso y siga la conversación en redes sociales a través del hashtag #VamosAlForo:

Usaquén teje redes por la memoria y la reconciliación

Kennedy y sus colegios respiran aires de esperanza

San Cristóbal, epicentro de paz

Ciudad Bolívar une sus voces por el reencuentro y la memoria

En Barrios Unidos, Chapinero y Teusaquillo la paz se construye en las aulas

Engativá, territorio de construcción colectiva de paz

Escuelas de Tunjuelito: semilleros de paz

Estudiantes y maestros de Bosa hacen equipo por la reconciliación

Porque una ciudad educadora es una Bogotá mejor para todos.


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