Fecha de publicación: Mar, 19/12/2017 - 16:46

ARTE, CULTURA Y APRENDIZAJE: ASÍ ES LA BIBLIOTECA DEL COLEGIO TÉCNICO MENORAH

De la mano de la comunidad educativa y, en el marco de las acciones del Plan Distrital de Lectura y Escritura ‘Leer es Volar’, Astrid Quintero convirtió la biblioteca de su institución en un espacio de cultura, arte y creatividad donde las estudiantes encuentran mucho más que libros.

“A las bibliotecas no solo se va a leer porque la lectura es apenas una de las formas que existen para adquirir conocimiento”. Bajo esta premisa, Astrid Quintero, bibliotecaria escolar de la Secretaría de Educación del Distrito, convirtió la biblioteca del colegio Técnico Menorah en un espacio para la difusión de la cultura, la promoción de la creatividad y la exploración del conocimiento desde diferentes abordajes y campos.

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En esta biblioteca escolar, además de la habitual labor de promoción de la lectura entre las estudiantes, y el apoyo bibliográfico y de contenidos para los docentes, se realizan exposiciones artísticas, noches de poesía, lecturas dramáticas, festivales de teatro y música, y una serie de actividades donde la exploración, el disfrute y el aprendizaje son los ejes articuladores.

Para esta bibliotecaria, especialista en Gestión Cultural que completa dos años en esta institución educativa de la localidad de Los Mártires, la idea que se tiene de las bibliotecas escolares “de que son el cuarto de castigo para los estudiantes que se portan mal y donde se archivan los libros viejos” tiene que cambiar para dar paso a una nueva concepción de estos espacios.

“La biblioteca es un espacio cultural que dinamiza todo el colegio. Debe entenderse como una ventana al conocimiento, al que se puede llegar a través de los libros, pero también de la música, el teatro, las artes y la cultura en general”, resalta Astrid, líder del programa de extensión cultural de la biblioteca Allan Rausch del colegio Técnico Menorah.

En sus palabras, las bibliotecas escolares deben consolidarse como aliados estratégicos en los procesos pedagógicos, culturales y convivenciales de las instituciones educativas y los bibliotecarios deben empoderarse como actores fundamentales en el proceso formativo de niñas, niños y jóvenes.

En esta dirección, el gobierno ‘Bogotá Mejor para Todos’, en el marco Plan Distrital de Lectura y Escritura ‘Leer es Volar’, invierte esfuerzos y recursos para modernizar las bibliotecas escolares de los 384 colegios oficiales, desarrollar propuestas pedagógicas para estas pertinentes y articuladas a los procesos de la institución y capacitar y formar a los bibliotecarios.

“Desde la Administración Distrital desarrollamos una propuesta específica para cada biblioteca, de manera que podamos focalizar las necesidades particulares y a partir de eso organizar planes y actividades articuladas al Proyecto Educativo Institucional del colegio, convirtiéndola en un apoyo real y pertinente para todos los procesos pedagógicos”, destaca Martha Mariño, coordinadora de Bibliotecas Escolares de la Dirección de Ciencias, Tecnologías y Medios Educativos de la Secretaría de Educación.

De la biblioteca para la escuela: arte, historia y convivencia

Durante el pasado mes de noviembre, las actividades culturales de la biblioteca del colegio Técnico Menorah convirtieron a la institución en un espacio para el arte, la cultura y la historia con la exposición ‘Que me dejen ser yo misma: la historia de Ana Frank’, instalación que durante dos semanas recibió a cerca de 2.000 visitantes de la institución y de colegios aledaños.

Cerca de 25 estudiantes de los grados superiores de la institución fueron las encargadas de guiar y acompañar a los visitantes durante el recorrido compuesto por 34 paneles informativos ilustrados, una maqueta en miniatura de la casa donde se escondió la escritora con su familia en los días más cruentos de la Segunda Guerra Mundial y una réplica del famoso diario donde Ana Frank plasmó sus vivencias durante los años que permaneció escondida.

Esta exposición contó con el apoyo de la Embajada de Países Bajos, la Fundación Escuelas de Paz, la Casa Ana Frank y llegó a un colegio oficial de Bogotá por primera vez, gracias a la diligente gestión de la bibliotecaria Astrid que vio en esta iniciativa una valiosa oportunidad para trabajar con las estudiantes de la institución temas como la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto, el antisemistimo y el arte y la literatura como herramientas liberadoras y emancipadoras.

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“La experiencia fue muy chévere porque las expositoras se apasionaron con el tema y, lo más importante, se apropiaron de él. La exposición originó discusiones, reflexiones y procesos de análisis con las estudiantes que, luego de este ejercicio, hicieron valiosas reflexiones sobre la guerra y el conflicto, los derechos humanos y las extrapolaron a su vida cotidiana, a la convivencia del colegio y al contexto de postconflicto por el que atraviesa el país”, recuerda Astrid.

Mostrar diferentes panoramas y perspectivas, generar inquietudes y abrir las puertas al conocimiento impulsando la curiosidad y la creatividad de la comunidad educativa, son justamente los objetivos a los que le apunta el Plan de Fortalecimiento de la Lectoescritura de la Secretaría de Educación que, además de modernizar las bibliotecas con nuevas colecciones, un catálogo de búsqueda y capacitar a los bibliotecarios, realiza intervenciones en los colegios oficiales y trabaja con estudiantes, docentes y directivos.

Iniciativas como la de la bibliotecaria Astrid Quintero reflejan el ‘nuevo aire’ que se le quiere imprimir a estos espacios de los colegios, para hacerlos más amigables para niños y jóvenes y articularlos a los diferentes procesos, programas y actividades de las instituciones. 

“Cuando hacemos sentir importantes a todas las personas de la comunidad educativa, la gente se vincula con las actividades de la biblioteca y se contagia del amor por el aprendizaje. Con iniciativas como estas, que apelan a la lúdica, se ‘enganchan’ con los temas y poco a poco van adquiriendo hábitos de lectura y habilidades para la búsqueda de información. Lo más importante de todo es hacer las cosas con pasión”, finaliza Astrid.

Para Luz Amparo Moncada, rectora de la institución, dinamizar el papel de las bibliotecas escolares y de sus bibliotecarios es un imperativo en los colegios oficiales, porque en estos espacios, con el apoyo, la experiencia y conocimiento de profesionales, se pueden ampliar los conocimientos que se adquieren en el aula y generar una aproximación diferente al aprendizaje.

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“Iniciativas como la exposición de Ana Frank son muy valiosas para apoyar los procesos pedagógicos de la institución. Las estudiantes se acercaron al arte, la literatura y la historia a partir de la biografía de esta escritora que ya es un clásico de la literatura universal y, además, fortalecieron habilidades como la oralidad, la argumentación, el trabajo en equipo y la capacidad de análisis y de búsqueda de información. Es una ganancia de varias vías”, concluye la rectora.

Porque una Ciudad Lectora es una Bogotá mejor para todos.


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