Fecha de publicación: Mar, 27/03/2018 - 04:50

ASÍ CAMBIA VIDAS LA SIMULACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS MÁS GRANDE DEL CONTINENTE

Simonu Bogotá es una simulación, pero no es un juego. Conozca tres historias de cómo este ejercicio impactó a sus participantes y transcendió del escenario pedagógico a su cotidianidad.

13 mil estudiantes, 282 maestros y 262 establecimientos educativos oficiales y privados, son algunas de las cifras que muestran la magnitud y la importancia de Simonu Bogotá durante los últimos 5 años, que ha permitido su reconocimiento como la simulación de la Organización de las Naciones Unidas más grande de América Latina y la segunda más grande del mundo.

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Pero más allá de las cifras, este ejercicio pedagógico liderado por la Secretaría de Educación del Distrito y el Centro de Información de las Naciones Unidas para Colombia, Ecuador y Venezuela (CINU Bogotá), se ha consolidado en el imaginario académico y pedagógico de Bogotá, como una estrategia pedagógica que acerca realidades y transforma vidas. 

Niñas, niños y jóvenes de todas las edades, de diferentes realidades, concuerdan en que esta es una experiencia transformadora que ayuda a los estudiantes a descubrir y potenciar sus habilidades, a superar las dificultades y, en muchos casos, a encontrar su vocación y su “lugar en el mundo”. 

Liderazgo, respeto por los demás y vocación de servicio, son algunas de las características que definen a los estudiantes que fueron parte de Simonu y que con este ejercicio potenciaron sus capacidades de liderazgo y su sentido de ayudar a la comunidad.  

Así lo cree también la secretaria de Educación, María Victoria Angulo, para quien Simonu Bogotá “se ha consolidado como un ejercicio donde surgen nuevos liderazgos, donde se forman jóvenes que rompen paradigmas y que tienen una mentalidad diferente. Simonu Bogotá ha sido un escenario para expresar de manera pacífica los consensos y los disensos, y donde se exhibe el potencial y el talento de nuestros estudiantes y docentes”.

Las historias de los estudiantes María Camila Junco, del colegio Cristo Rey Bogotá, Juan Diego Herrera, del Colegio Nacional Nicolás Esguerra y Jonathan Chavarro, egresado del Colegio Miguel de Cervantes Saavedra, muestran cómo este ejercicio de simulación rompe paradigmas, transforma vidas y ayuda a la formación de los líderes del mañana..

“Simonu Bogotá me ayudó a salir de mi burbuja para conocer otras realidades”

María Camila Junco

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La primera vez que participé en Simonu Bogotá fue muy impactante porque nunca había tenido la oportunidad de compartir con estudiantes de colegios oficiales, de debatir con ellos y de conocer otras realidades. Y ese intercambio con otros compañeros, me volvió una persona más humana, más comprometida. 

Gracias a esta experiencia me di cuenta de que existen situaciones que son diferentes a la mía, entonces eso me hizo valorar todo lo que tengo y entender que debería usar esos ‘privilegios’ para ayudar a los demás y no solo para mi propio beneficio. 

Simonu nos enseña eso, que los jóvenes solo necesitamos un impulso, un empujón para generar un cambio. Por ejemplo, el año pasado, la Comisión Bogotá de la cual era Secretaria Adjunta, trabajamos el tema de prevención y atención de la paternidad y maternidad tempranas y propusimos una iniciativa para fortalecer los programas que tiene actualmente el Distrito en este sentido. Planteamos una serie de acciones para hacer la atención en derechos sexuales y reproductivos más integral. 

Yo sabía que el trabajo que se hace en Simonu Bogotá es tenido en cuenta, es leído, es escuchado, pero no pensé que fuera a trascender de esa manera. Además, fue impresionante cuando me llamaron a decirme que la Secretaría de Integración Social y el alcalde Enrique Peñalosa estaban muy interesados en nuestra iniciativa y que nos iban a apoyar. Nos reunimos con ellos y su equipo de expertos y empezamos a trabajar.  

Propusimos hacer una Feria Distrital de Derechos Sexuales y Reproductivos y trabajar con la Secretaría de Salud para ampliar los servicios y mejorar la atención, algunas de esas acciones ya están en marcha con la coordinación de la Secretaría de Integración Social. Todo eso surgió a partir del trabajo de Simonu Bogotá. Verlo realizado es muy gratificante y algo que ninguno de nosotros esperaba. 

Estoy muy orgullosa de los que hicimos con los compañeros que participan en Simonu Bogotá porque sé que son personas capaces de trabajar por el país que queremos. No nos quedamos criticando, sino que realmente estamos aportando en algo.

“En Simonu aprendí a ser un líder”

Juan Diego Herrera

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Desde que conocí la experiencia Simonu Bogotá, me enamoré. Era un chico tímido cuando participé en 2014. Hoy soy un joven de 11º que está en el gobierno escolar del colegio y hago parte de la asamblea del conjunto en donde vivo. 

Eso te lo da Simonu Bogotá: te enseña que tú puedes generar diferentes propuestas y que tienes con qué hacerlo. Dejas de cerrarte en tu mundo de estudiante y empiezas a pensar en ideas y soluciones para la comunidad y para la ciudad, buscas formas de participar, de promover espacios incluyentes y dejas de ser el joven oculto entre miles de personas, y empiezas a resaltar. Creo que Simonu Bogotá siembra líderes. 

Además de los aprendizajes y los amigos, Simonu Bogotá me ha abierto muchas oportunidades. Gracias a la destacada participación que tuve en 2017, fui convocadocon estudiantes de muchas partes del país para participar en un encuentro llamado ‘los Círculos de la Palabra’, organizado por la Defensoría del Pueblo en la ciudad de Villavicencio. 

Y también me invitaron a dialogar con las personas del par de la Defensoría en Noruega donde abordamos temas de participación y problemas de la niñez. Fue muy chévere porque gracias al trabajo que hicimos estas personas conocieron las realidades de nuestro país desde la voz de los jóvenes. 

A futuro quiero ser parte del Concejo de Bogotá y el Senado de la República, porque sé que tengo las capacidades para seguirme preparando para alcanzar este objetivo. Quiero estudiar Ciencias Políticas o Derecho. Mi sueño es ser congresista, alcalde de mi pueblo en Gachetá, Cundinamarca, e incluso me le mediría hasta ser Presidente de la República.

“Con Simonu Bogotá encontré mi voz”

Jonathan Chavarro

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En 2014 intenté entrar a Simonu Bogotá, pero todavía no estaba listo. Para mí fue decepcionante no pasar, pero lo tomé como un reto para sacar lo mejor de mí.

Tengo asma, por lo que no es fácil expresarme. Empezamos a trabajar con mi maestra Damaris Salas y el equipo organizador de Simonu Bogotá en aspectos como la oralidad, ejercicios de respiración y hasta en cómo proyectar mi voz porque ‘era un poco apagada’. 

Ensayé y en 2015 lo logré, ingresé a Simonu Bogotá y me encantó. Participé 2 años como delegado y el año pasado fui presidente de la comisión de Unicef. Pude fortalecer la parte oral, la lectura y la escritura. Aprendí el valor de la amistad, los amigos y el entorno porque acá se rompe todo paradigma y no importa si somos del sur o del norte de la ciudad, todos somos reconocidos, todos somos iguales.  

Simonu me ayudó hasta a escoger mi carrera profesional. Allí identifiqué todas las habilidades que tengo para los temas relacionados con la política y por eso decidí estudiar Relaciones Internacionales y Estudios Políticos. Me gustaría ser embajador de la ONU o trabajar en alguna embajada de Colombia. 

Hoy puedo decir que con Simonu Bogotá encontré mi voz y descubrí las habilidades que tengo para seguir adelante y mirar al futuro. Es muy importante para mí ayudar y yo creo que para esto me trajeron al mundo, para ayudar a la gente. 

El relato de estos tres jóvenes refleja el impacto generado por Simonu Bogotá en la vida académica y personal de muchos jóvenes quienes hoy por hoy se reconocen como agentes de cambio y líderes en sus entornos escolares para aportar a la construcción de la paz.  

La sexta edición de Simonu Bogotá ya está en marcha y trae en 2018 muchas novedades. Entre ellas, la formación virtual en el proceso de acompañamiento pedagógico a los colegios inscritos; una simulación urbana y una para los establecimientos educativos oficiales de carácter rural y la participación de los personeros, contralores y cabildantes estudiantiles, a fin de articular el ejercicio de Simonu con el Gobierno Escolar. 

Porque una ciudad educadora es una Bogotá Mejor para Todos.

 


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