Fecha de publicación: Mié, 02/05/2018 - 14:44

ACOSO ESCOLAR: SEPA CÓMO IDENTIFICARLO Y PREVENIRLO

Este 2 de mayo se conmemora el Día internacional contra el acoso escolar. Bogotá se une al llamado mundial para erradicar esta problemática y comparte con las familias el protocolo para prevenir, identificar y actuar frente a la violencia en las escuelas.

Acoso escolar o bullying: esta es una de las problemáticas de la convivencia escolar que mayor preocupación genera en los estudiantes, padres de familia, docentes y la comunidad educativa en general. Se entiende como cualquier forma de maltrato psicológico, verbal, físico o por medios electrónicos contra un niño, niña o adolescente, por parte de un estudiante o varios de sus pares con quienes mantiene una relación de poder asimétrica. Esta situación se presenta de forma reiterada y puede ocurrir en el aula, en otros espacios escolares o en las redes sociales. El acoso o bullying también puede ocurrir por parte de docentes contra estudiantes, o de estudiantes contra docentes.

Se estima que cada año, en el mundo, cerca de 246 millones de niñas, niños y adolescentes sufren de algún tipo de violencia escolar y bullying. Así lo asegura el último informe de la Unesco donde se reitera que esta problemática no sólo afecta a las víctimas sino también a quienes las rodean: sus padres y sus compañeros. También afecta el clima escolar y de convivencia en el colegio.

De acuerdo con este informe, ningún país puede lograr una educación de calidad, equitativa e incluyente si los estudiantes experimentan violencia en el colegio, porque “todas las formas de intimidación en las escuelas infringen el derecho fundamental a la educación y tienen consecuencias directas sobre la salud, el bienestar emocional y el rendimiento escolar de los estudiantes y sobre el ambiente de aprendizaje y el clima escolar del establecimiento educativo”.

Al respecto, la secretaria de Educación del Distrito, María Victoria Angulo, destaca que la ciudad tiene el mandato de garantizar a las niñas, niños y jóvenes las mejores condiciones de bienestar y seguridad, como parte de la apuesta integral por la calidad y la priorización de la niñez y la juventud en todos los sectores del gobierno distrital.

Por esto, el gobierno del alcalde Enrique Peñalosa se une al llamado mundial para erradicar este flagelo y comparte con la ciudadanía el protocolo de atención para situaciones de presunta agresión y/o acoso escolar, actualizado durante la actual administración para fortalecer la convivencia y garantizar los derechos de las niñas, niños y adolescentes en los colegios de la capital.

Esta herramienta les permite a docentes, directivos, padres, madres y cuidadores y demás miembros de la comunidad educativa identificar las señales que indican si las niñas, niños o jóvenes están siendo víctimas o victimarios de bullying y cómo actuar frente a estas situaciones.

Este es uno de los 18 protocolos con los que cuentan los establecimientos educativos para abordar las situaciones que afectan la convivencia escolar y el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de los niños, niñas y adolescentes, en el marco de la Ruta de Atención Integral para la Convivencia Escolar (Ley 1620 de 2013 y Decreto reglamentario 1965, también de 2013).

Las siguientes son señales para reconocer si se es víctima de acoso escolar:

  • Hematomas o heridas en el cuerpo.

  • Pérdida de apetito o sueño.

  • Estado permanente de alerta.

  • Temor manifiesto.

  • Vergüenza.

  • Irritabilidad.

  • Baja autoestima.

  • Sentimiento de culpa.

  • Depresión.

  • Dificultad para hacer amigos o hablar en público.

  • Rigidez.

  • Aislamiento.

  • Tendencia al bajo desempeño escolar y ausencias injustificadas.

  • Desconfianza, miedo y/o ansiedad ante la socialización.

  • Retraimiento social y desmotivación constante.

Las siguientes son señales para reconocer quién ejerce la agresión y/o acoso escolar:

  • Conducta agresiva.

  • Participación en actividades impropias de la edad (vandalismo, prostitución).

  • Robo de comida, objetos y dinero.

  • Conductas destructivas consigo mismo, con niños más pequeños o con animales.

  • Obligación de trabajo excesivo o asumir roles de los padres (cuidado de la casa, cuidado de hermanos).

  • Consumo de sustancias psicoactivas.

  • Intimidar a través de la percepción de superioridad en fuerza y tamaño físico.

  • No tolerar opiniones distintas respecto al punto de vista propio.

  • Someter y discriminar constantemente a otros.

  • Relacionamientos exaltados impulsivos y poco empáticos.

  • Oposición al acatamiento de reglas.

  • Tendencia y miedo constante a la frustración.

  • Necesidad de ser vistas como personas poderosas y agresivas.

¿Qué se debe hacer una vez identificado el caso?

Es importante diferenciar las situaciones que se pueden presentar en los casos de agresión y/o acoso escolar, de acuerdo con la tipificación presentada en el Decreto 1965 de 2013:

  • Tipo 1: corresponde a conflictos manejados inadecuadamente y aquellas situaciones esporádicas que inciden negativamente en el clima escolar (insultos, golpes y agresiones verbales) y que en ningún caso generan daños al cuerpo o a la salud

  • Tipo 2: corresponden a situaciones de agresión escolar, acoso escolar (bullying) o ciberacoso que no revistan las características de la comisión de un delito presentadas de manera repetitiva o sistemática o que causan daño al cuerpo y a la salud sin generar incapacidad alguna para cualquiera de los involucrados.

  • Tipo 3: situaciones de agresión escolar que constituyan en un presunto delito contra la libertad, integridad y formación sexual.

Si usted, como padre, madre de familia o adulto encargado del cuidado de un menor, detecta en el estudiante las señales presentadas anteriormente, debe acudir al orientador, rector o la persona delegada para tratar estos casos en el colegio, ya sea de carácter oficial o privado. 

Esta persona deberá activar el protocolo y, dependiendo de la situación, realizar los siguientes pasos:

  • Explorar a fondo el caso para obtener más información de cómo ocurrieron los hechos y determinar si se trató de un hecho esporádico o si es una situación constante.

  • Evaluar el estado físico, emocional y material de la persona que es objeto de las agresiones y contactar a los padres de familia de los involucrados.

  • Elaborar un reporte que, de acuerdo con la gravedad del incidente, deberá ser remitido a las diferentes instancias que tienen competencia en el tipo de situación presentada (Centro zonal del ICBF, Policía de Infancia y Adolescencia, Fiscalía General de la Nación, entre otros).

  • En el caso de que se identifique que la seguridad de los involucrados y su vida se encuentra en riesgo, se debe reportar inmediatamente a la línea 123 o al cuadrante de la Policía Nacional y remitir a la presunta víctima a la entidad de salud más cercana.

  • Para las situaciones tipo 2 y 3, el comité escolar de convivencia del colegio debe proponer medidas pedagógicas para la sanción de las personas hostigadoras y la reparación de las personas hostigadas de acuerdo con lo establecido en el manual de convivencia.

  • En las situaciones tipo 2 y 3, el orientador, rector o encargado debe reportar el caso en el Sistema de Alertas de la Secretaría de Educación del Distrito. En el caso de que el presunto agresor haga parte del personal administrativo, directivo o docente de una institución educativa del Distrito , debe además reportar el caso a la Oficina de Control Disciplinario de la entidad.

Para más información, consulte el Protocolo de atención para situaciones de presunta agresión y /o acoso escolar.

Porque una ciudad educadora es una Bogotá mejor para todos.


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