Fecha de publicación: Lun, 11/02/2019 - 18:10

CINCO ‘PILAS’ DE COLEGIOS OFICIALES DE BOGOTÁ ENAMORADAS DE LA CIENCIA

En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, conozca las historias de docentes, estudiantes y egresadas que, gracias a la educación, hallaron un camino lleno de oportunidades.

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia para que accedan y participen de forma equitativa en esta área del conocimiento y avancen en sus procesos de empoderamiento. Por cuarto año consecutivo, esta conmemoración mundial hace un llamado a reducir las brechas de género en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) y eliminar los prejuicios y estereotipos que existen en estos sectores.

Para la Secretaría de Educación del Distrito es la ocasión para reconocer el papel transformador que tiene la educación, con el fin de que las niñas y mujeres de la educación pública puedan usar plenamente su potencial y alcanzar la felicidad, de acuerdo con el Plan de Desarrollo 2016-2019 ‘Bogotá Mejor para Todos’.

La educación oficial de la ciudad asume este propósito en los proyectos educativos institucionales, los planes y manuales de convivencia y los proyectos transversales, a través del desarrollo de las competencias para el siglo XXI: socioemocionales; pensamiento lógico matemático; lenguaje, lectoescritura y competencias comunicativas; manejo de información, medios y tecnologías de la información y la comunicación (TIC); y aprendizaje de una segunda lengua (inglés).

En cuanto a las TIC, el gobierno de Enrique Peñalosa adelanta el plan Saber Digital, con el que más de 150.000 estudiantes del Distrito y 15.000 docentes han recibido acompañamiento para su uso y apropiación, para el fortalecimiento de la infraestructura física y tecnológica y la generación de contenidos y conocimiento en el portal Red Académica. Actualmente, más de 2.000 docentes mujeres y 1.100 estudiantes niñas de 2.º a 11.º lideran esta estrategia dentro de sus instituciones educativas.

Lea también: Eliana Amazo, la astrofìsica bogotana que cree en el poder de soñar

En ese sentido, la Secretaría de Educación del Distrito destaca el trabajo de cinco estudiantes, docentes y egresadas que decidieron apostarle a la ciencia:

Jessica Moreno, la bióloga ambiental que encontró una ‘ventana al mundo’

“Jugar a explorar, experimentar, conocer, crear y divertirnos en el mundo en el que vivimos”. Ese es el significado de la ciencia y la tecnología para Jessica, una egresada del colegio Sorrento que, tras ganar una beca con la Comisión Nacional de Investigación en Ciencia y Tecnología (CONICET), cursa el doctorado de Ciencias Biológicas en la Universidad de Buenos Aires (Argentina).

2

 

Según cuenta, su interés por la ciencia se fue cosechando desde la infancia: “Siempre me gustó mucho el contacto con la naturaleza, para mí es sanador. De pequeña, me gustaba acompañar en vacaciones a mis abuelos en el campo, debido a que ellos tenían su huerta, café, plantas medicinales, y conocían cuándo y dónde sembrar. En el colegio, me gustaron mucho las matemáticas y la química, y los profesores siempre tenían proyectos y retos nuevos para los estudiantes. Eso me motivó”, apunta.

De acuerdo con Jessica, “la educación es clave en la pasión hacia la ciencia, pero también es la clave para el desarrollo de nuestra sociedad”. Sin embargo, para esta bióloga, Colombia tiene un largo camino por recorrer, un camino que la educación debe cimentar.

“La pasión surge cuando en el aula de clase te motivan a innovar, crear, imaginar y divertirte con el conocimiento y, además, te permiten hacerlo. Uno de los factores que me impulsó a seguir estudiando fue el grupo humano de profesores tanto en el colegio como en la universidad.

Mis profesores, trabajando en sus tiempos extra, proponiendo proyectos, buscando fondos, mostrándonos a todos que siempre se puede hacer la diferencia, fueron los que me hicieron ver que podía aspirar a más, a estudiar una carrera universitaria, a viajar a otros países. Todos podemos arriesgarnos y lograrlo”, expresa.

Con sus estudios y trabajo, Jessica ha tenido la oportunidad de viajar a países como Panamá, Argentina, Alemania y España para compartir experiencias con grandes investigadores de la ciencia. Este, manifiesta, no es un camino fácil, “requiere de muchos sacrificios personales y académicos, pero no hay que dejar que nada nos detenga, el mundo está ahí esperando a que lo exploren y lo estudien”. A las niñas les recomienda que sueñen con pertenecer al mundo de la ciencia.

Pese a que ha tenido barreras, Jessica destaca que en Colombia he tenido la oportunidad de trabajar de la mano de un gran número de mujeres muy empoderadas en las ciencias, que se han puesto la tarea de construir una sociedad más equitativa y le han enseñado herramientas para fortalecerse.

En su doctorado en Argentina, esta joven egresada de la educación oficial del Distrito investiga sobre los cambios en el clima, las erupciones volcánicas e incendios ocurridos en el norte de la Patagonia, desde el último máximo glacial (17.000 años atrás aproximadamente) hasta el presente, y cómo estos han influenciado la dinámica de la vegetación.

Su meta, por ahora, es finalizar su doctorado y buscar opciones para desarrollar investigación, ya sea en Colombia o en el país al que la lleve la ciencia.

Sindey Bernal, la profe inspirada en la tecnología para tener una escuela más incluyente

La satisfacción de esta docente de 33 años, del colegio Enrique Olaya Herrera, es inspirar a sus estudiantes. “Las mujeres hemos demostrado que podemos desarrollar propuestas tecnológicas innovadoras que hagan de este un país más incluyente. Hace cinco años tenía muy pocas niñas en mi clase, pero a medida que desarrollamos proyectos y participamos en eventos, ellas se empezaron a interesar. Esto me impulsó a continuar y hoy cuento con un grupo equilibrado entre niños y niñas que son muy organizadas y apasionadas por la tecnología”, cuenta.

Por eso, la docente Sindey, licenciada en Diseño Tecnológico y magíster en Tecnologías de la Información Aplicadas a la Educación, hizo de su proyecto InclutecEOH el punto de partida para que sus estudiantes se animen a crear dispositivos que beneficien a la población con discapacidad. “InclutecEOH es un software traductor a lengua de señas colombiana para los estudiantes sordos. Mi mayor motivación es dejar huella en mis estudiantes y, como madre, enseñar a mi hijo Juan Pablo a aprovechar la tecnología para ayudar a los demás”, comenta.

6

 

Aunque ha ganado varios premios nacionales e internacionales, esta joven profe de Tecnología e Informática sueña con seguir innovando por una educación más inclusiva. “Aprovechando nuestra impresora 3D, estamos elaborando una prótesis para una niña de cuatro años con parálisis cerebral. En agosto, espero viajar a Europa para presentar este y otros proyectos en una expedición pedagógica”.

La invitación de esta docente a las niñas y jóvenes es a persistir: "Mi mensaje para las niñas de nuestros colegios públicos es que existen diversas oportunidades apasionantes a nivel académico y laboral en los sectores STEM. Lo mejor que pueden hacer es ayudar a personas que lo necesitan, y, de paso, inspirar a otros a amar su profesión y luchar por sus sueños”, añade.

Le puede interesar: la educación pública de Bogotá pasa por su mejor momento

Natalia Guerrero, la estudiante que quiere brillar en Corea

A sus 17 años y recién graduada del colegio Enrique Olaya Herrera, Natalia tiene claro un gran sueño: “Que las personas con discapacidad no crean que no pueden, sino que se convenzan de que estamos en un país incluyente”, dice.

8

 

Su inspiración ha sido la docente Sindey Bernal. Fue ella quien acompañó a Natalia y a sus compañeros, Geraldine y Duván, en la construcción de una herramienta que permite a las personas con amputación del brazo, a la altura del codo, controlar el mouse del computador con el movimiento de la cabeza. “La idea es mejorar la calidad de vida de las personas”, afirma.

Si bien fueron largas las horas de trabajo extraclase que se tomaron para crear el prototipo, el esfuerzo dio su recompensa. Una delegación de Corea que visitó el colegio Enrique Olaya Herrera se sorprendió con el ingenio de Natalia y sus compañeros y les otorgóbecas para estudiar en el país asiático.

El desarrollo de software y hardware es una de las opciones que más llama la atención de Natalia. Sin embargo, antes de empacar su maleta y empezar su sueño en el exterior, esta joven se prepara estudiando inglés: “Mi mejor ejemplo es la profesora Sindey, y sé que cuando uno hace lo que le gusta, lo hace de la mejor manera. Si ella viaja con sus proyectos, sé que yo también lo puedo lograr. Mi mensaje para las niñas es que no se limiten, nosotras también podemos ayudar a las personas a través de la tecnología, tenemos un gran mundo por descubrir”, puntualiza.

Marisol Roncancio, la líder del club de astronomía que motiva a las niñas a arriesgarse

“La meta de la escuela debe ser mostrarles a las niñas que la ciencia es una manera de pensar, porque así pueden entenderse a sí mismas y entender el mundo. Debemos involucrarlas en matemáticas, física y química, porque a veces ellas no confían en que tienen el mismo derecho y las mismas capacidades para aprender que los niños”.

Con estas palabras, la licenciada en Física de la Universidad Distrital, Marisol Roncancio López, afirma que la ciencia y la tecnología son una oportunidad para enriquecer la calidad educativa en Bogotá. Por eso se especializó en lúdica para la enseñanza de astronomía en niños de primaria. Actualmente, transmite su pasión por la ciencia en el colegio La Aurora, de Usme, donde lidera un club de astronomía.

Aunque el espacio de la profe Marisol está conformado en su mayoría por niñas, ha notado que ellas son más temerosas, mientras que los niños son más arriesgados. “Ellas se interesan más por la estética y la forma y ellos por armar y experimentar con materiales”, señala.

De ahí que su apuesta, para que más niñas se interesen por la ciencia, es hacer grupos equitativos, en los que todos se arriesguen a preguntar, experimentar y compartir. “Las estudiantes tienen muchas habilidades, yo trato de hablarles mucho de las mujeres científicas y ellas a veces no creen que haya mujeres tan importantes en el mundo de la ciencia”, añade.

Yuly Rivera, la docente de Física que cree en el poder de la equidad

“La ciencia y la tecnología significan para mí crear mundos y soñar con el universo, soñar con la majestuosidad del todo”. De esta manera, la profe Yuly cuenta que de niña soñaba con ser astronauta. Un anhelo que vive a través de su pasión por la educación.

Cuenta con una maestría en Docencia de las Ciencias Naturales y está cursando un doctorado en Educación. Es egresada de la Escuela Normal Superior Distrital María Montessori y se desempeña como docente del colegio La Candelaria, donde lidera el semillero ‘Environment can’, en el que estudiantes de 9.º a 11.º crean proyectos en torno a temas como agujeros negros, estrellas, viajes en el tiempo y relatividad cuántica.

Aunque cree que en la ciencia las niñas y mujeres tienen ciertos rezagos respecto a los niños y hombres, la docente Yuly está convencida de que las barreras solo están en la cabeza. “Cuando les propongo retos a las niñas que tengo en el salón, se asustan, mientras que los chicos no. En mi caso, también lo he notado, cuando los papás se enteran de que soy la profesora de Física de los grados superiores, dicen: ‘¡Ella tan chiquita y es la de Física!’. Pero como egresada de colegio y universidad públicos les digo a todas las niñas que es posible soñar. No importa que seamos mujeres, no importa que tengamos pocos recursos económicos o dificultades, lo importante es la constancia y la disciplina”, continúa.

9

 

Esta maestra quiere seguir volando alto: en el marco de la jornada única y extendida, busca crear con sus estudiantes un semillero sobre ciencia espacial, por lo cual complementará sus conocimientos con un posgrado en esta misma área.

Porque una ciudad educadora es una Bogotá mejor para todos.


¿Le fue útil este contenido?